Lo que Interior no ha contado del vídeo filtrado de la cárcel de Villena: “¡Venid a por mí cabrones!”
Las imágenes que se divulgaron tras la agresión de cinco encapuchados a una trabajadora de la cárcel sólo muestran parte del incidente
OKDIARIO ha tenido acceso a la documentación que relata los hechos y que acabó con tres funcionarios en enfermería. El interno acabó indemne
El perfil del preso del vídeo de la cárcel de Villena: agresor sexual con 50 incidentes en prisión
Interior provoca «un estado de violencia» en la cárcel al filtrar el vídeo de la reducción de un preso
“Reducción a porrazos de un recluso”, “brutalidad en la cárcel”, “paliza a un preso”. Estos son solamente algunos de los titulares que acompañaron al vídeo filtrado desde Interior, la copia sólo estaba en poder de la dirección de la cárcel de Villena, de la reducción llevada a cabo por funcionarios de esta cárcel a un interno el pasado 16 de agosto. OKDIARIO ha tenido acceso al contenido de los informes que describieron aquel día el incidente: medió provocación por parte del recluso, tres trabajadores resultaron heridos y el interno no sufrió un rasguño. Las amenazas a una jefa de servicio de la cárcel citada a declarar por este incidente destaparon el vídeo grabado por el circuito interno de la prisión, pero no se dieron todos los datos.
El 16 de agosto parecía un día más en el centro penitenciario de Villena, una de las cárceles de España que reporta mayor número de incidentes y que acumula un alto número de presos peligrosos. A estos, a los peligrosos sin más, hay que sumarle otro colectivo penitenciario tan complicado de custodiar como abandonado por la Administración: los presos PAIEM. Se trata de internos que viven en prisión bajo el Programa de Atención Integral al Enfermo Mental. Pese a lo aparente del nombre el programa en cuestión se resume en tener a presos con facultades mentales alteradas en centros penitenciarios normales donde se les medica y poco más. Pues el preso de la polémica grabación resulta que es un PAIEM.
El contenido del parte
Ese 16 de agosto cuatro funcionarios condujeron al interno de 24 años hasta el patio de la prisión. ¿Cuatro funcionarios? Sí. Según su expediente “el interno ha protagonizado varios incidentes durante el último mes”, así que toda precaución era poca. Pasado el tiempo reglamentario en el patio, sobre las 18 horas los trabajadores devuelven al preso a su celda. Sin embargo, en el paso que hay entre el patio y la galería el interno “lanza un escupitajo a uno de los funcionarios”. Los funcionarios se pusieron alerta y le ordenaron entrar inmediatamente en su celda. “Venid a por mí, cabrones, hijos de puta, si tenéis huevos, que tengo algo dentro para vosotros”, les gritó el recluso a los funcionarios antes de coger un palo de escoba, bloquear la puerta de su celda para evitar que lo encerraran. “El interno comenzó a propinar golpes, puñetazos y patadas en la cara y en la cabeza”, explican los funcionarios, quienes aclaran que la reducción fue seguida inmediatamente del correspondiente aviso al jefe de servicio, quien ordenó el traslado inmediato del interno a una celda con esposas.
Lo anterior resume los 180 segundos del polémico vídeo al que se le atribuyeron las amenazas a la subdirectora que iba a ser testigo de lo que se calificó como “brutal agresión en prisión”. La trabajadora ya ha declarado y este periódico ha sabido que lo que ha declarado es que los trabajadores, sus compañeros, fueron preparados para pegar al interno. Si esto fue así, ¿cómo se explica que tres funcionarios fueran dispensados de su trabajado para acudir a un hospital por las lesiones sufridas? ¿Cómo se explica que el interno no tenga parte de lesiones? El médico de la prisión visitó a todos los protagonistas del altercado y no vio lesiones en el interno. La dirección de la cárcel de Villena le pidió que volviera a examinarlo, atención, días después. Lo hizo no sin decir que esa visita podría estar intoxicada si el interno, por ejemplo, se hubiera autolesionado. Pese a eso el interno no tenía ni un rasguño, otra vez. Lo más curioso es que hubo otra revisión 10 días después del incidente, el día 25.
Al interno se le trasladó de cárcel, pero de camino se le deriva a otra prisión, donde lo revisan dos inspectores y un médico. Ese día sí detectaron algo en el cuerpo del preso: dos escoriaciones. Si son fruto de la reducción o de otro incidente posterior a esta es imposible de averiguar. Pero lo grave de este asunto no es que el interno reducido en lo que se calificó como “paliza” no tenga lesiones y los tres funcionarios sí. Lo grave es que el médico de la cárcel de Villena fue llamado a declarar y se le preguntó desde Interior si no había emitido un parte de lesiones en la cárcel porque lo habían amenazado de algún modo. «¡Por supuesto que no!», respondió no sin cierto enfado el facultativo.
La investigación sobre quién y por qué amenazó a la subdirectora de seguridad antes de declarar sobre este incidente debe llegar hasta las últimas consecuencias, pero si se dispone de toda la información de los hechos, y no sólo la que facilita Interior, seguramente será más fácil no llevarse por delante a personas que nada hayan tenido que ver con esa despreciable agresión a una funcionaria de la cárcel de Villena.